viernes, 27 de abril de 2012

El intercambio de vivienda... y los problemas con las llaves

En una época en la que el ahorro de gastos se convierte en algo prioritario, el intercambio de viviendas en vacaciones suma cada vez más adeptos. Supone una filosofía diferente de viajar y permite disponer de un alojamiento con mayor espacio que el que ofrece la habitación de un hotel y más comodidad que éste. Además de las evidentes ventajas desde el punto de vista económico, este tipo de turismo resulta más enriquecedor, porque se realiza de una forma más integrada.

Realizado de forma simultánea o no, los interesados acuerdan los detalles de uso intercambiándose instrucciones de uso de las viviendas (agua, luz, electrodomésticos, si el intercambio incluye coche o no, algunas normas vecinales, etc.) y siempre con una obligación irrenunciable: dejar la casa tal y como se la encuentra. En numerosos casos los usuarios firman diferentes documentos de compromiso para una mayor tranquilidad de las partes.

Internet ofrece muchas posibilidades para realizar esos intercambios, como IntercambioCasas.com, SpainLink.net, knok.com , Intercambiodecasa.es, homeforhome.com, etc.

Ahora bien, no podemos ocultar que uno de los temores que los intercambiadores -aparte de la integridad física del domicilio y lo que en se alberga, que se comprueba el día que se regresa a tomar posesión del mismo- se encuentra en las llaves, algo que se puede convertir en una bomba de relojería para la tranquilidad mental del usuario.

¿Se ha perdido alguna de las llaves? ¿Habrá hecho alguien alguna copia sin nuestro conocimiento? ¿Nos llevaremos alguna desagradable sorpresa el día menos esperado?. Esas inquietudes suelen resolverse de dos formas: 
  • No haciendo nada:
    • Porque se quiere tener confianza en el otro (de confiados están muchos archivadores de denuncias llenos)
    • Porque el cilindro de la puerta ha costado una pasta y sin la tarjeta de seguridad nadie puede hacer una copia (el copiado de llaves, pese a la tarjeta, puede ser menos complicado de lo que la gente cree, pero además ahí están el bumping, la impresión, etc.
  • Cambiando el bombillo y haciendo nuevos juegos de llaves (eso supone un gasto cerrajero cada vez que se realiza un intercambio, con lo que si uno de los motivos del mismo es el ahorro, éste se esfuma en cada cambio).
La solución perfecta se llama blueChip, porque sus llaves sí que son realmente incopiables, dado que su seguridad la aporta el chip que se alberga en su interior que debe ir programado por el administrador del sistema de forma personalizada y en perfecta combinación de cilindro y llaves autorizadas. Si a eso le añadimos que el potente cilindro electrónico es autónomo, por lo que no necesita de ninguna obra en la puerta, sino la mera sustitución por el que ya exista, y que las llaves son un transponder pasivo (no necesitan alimentación) permitiéndole tener un precio inigualable en el mercado, caben pocas dudas sobre su elección.

Si a la vuelta de vacaciones le devuelven sus llaves blueChip puede estar totalmente tranquilo, porque como hemos dicho, las llaves no se pueden copiar (sí la forma, pero no el chip ni la programación). Si alguna llave no es devuelta o se pierde, tan sólo hay que anular los permisos de la llave afectada, sin necesidad de cambiar la cerradura, sin preocupaciones.

Y es que la seguridad no tiene precio, pero la tranquilidad, tampoco.




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